Arbitraje de alquiler

Mediante este método, tanto el arrendador como el inquilino se comprometen en el mismo contrato a someter cualquier divergencia o reclamación al arbitraje de un organismo ajeno a los juzgados ordinarios.

Estos órganos arbitrales destacan por su rapidez en la emisión del “laudo” (Que viene a ser el equivalente a la sentencia) y dicho laudo es de obligado cumplimiento para ambas partes.

Otra gran ventaja es que su coste es el más reducido de todos, ya que se paga normalmente en una sola cuota bastante reducida.

Sin embargo, el sistema hace aguas cuando falla la buena fe entre las partes, nos explicamos. Si el inquilino deja de pagar y no abandona el inmueble, esto ya es una muestra de que no tiene intención de cumplir con sus obligaciones.

El GRAN problema del arbitraje es que la ley dice que las partes están obligadas a cumplir la sentencia emitida en arbitraje, sin embargo, EL ARBITRAJE NO TIENE FORMA DE EJECUTAR LA SENTENCIA en caso de que una parte se niegue.

Esto significa que después de esperar a que se resuelva el arbitraje, TENDREMOS QUE RECURRIR AL JUZGADO PARA QUE EJECUTE LA SENTENCIA. Por tanto, en estos casos, el proceso se alarga y los costes pueden multiplicarse.

Si a esto le unimos la poca seriedad de algunas de las empresas que ofrecían este servicio y la opacidad de algunas de sus cláusulas y funcionamiento, el resultado es que hoy en día el sistema arbitral goza de mala fama y multitud de malas experiencias.

Otros sistemas para asegurar el alquiler es el aval bancario para alquiler y el seguro de impago